Escrito por Ángel Galindo
Nominada por el premio del gran jurado en el festival South By SouthWest 2024 y actualmente en cartelera en la ciudad de los Angeles, ‘Pure O’ es un denso drama psicológico que termina conectando lentamente a las audiencias con las vivencias de una persona que en medio de su recuperación de un síndrome Obsesivo Compulsivo descubre las fuertes tormentas que la vida da diariamente a todos los seres humanos.
Esta producción, dirigida por Dillon Tucker cuenta la historia de Cooper, un escritor cinematográfico que debido a su síndrome Obsesivo Compulsivo deja a un lado sus sueños creativos para dedicarse a apoyar a un refugio para personas con problemas de adicción mientras apoya a su grupo de terapia, el debe lidiar con sus problemas psicológicos y trata de mantener la calma ante sus pacientes, mientras el falso apoyo de su pareja lo hunde más en sus problemas y los dramas de su entorno comienzan a presionarlo para que solo en el coraje de su propio control de emociones y las terapias de grupo le ayudan a encontrar la claridad que su mente necesita.
Así mientras Cooper va enfrentando sus demonios, su aparente apacible entorno de amor se destruye cuando en el momento más critico de su vida es dejado por su novia y ve como el dolor y las enfermedades de otros agregan más volatilidad a su confundida mente.
Por lo tanto, este drama manejado de manera hiperrealista, con baladas folk americano como banda sonora y diálogos que pasan de lo profundo a lo anodino puede fatigar a los espectadores, también con los minutos y la manera como los personajes secundarios como la joven Rachel que busca salir de su adicción a la heroína o la valiente lucha contra el dolor de la perdida de la madre de su poco confiable novia al ver morir a su esposo de cáncer, le van dando humanidad a la historia y muestran con una fotografía simple que sigue a los personajes en su intimidad, el hecho que estar vivo es un camino el cual transcurre de la dicha infinita a la desolación total en tan solo el sentir de unos segundos. Por consiguiente, este filme semi autobiográfico de Dillon Tucker, quien en algún momento de su vida paso por problemas psicológicos similares a su personaje, logra al final, para los espectadores pacientes, cuestionar sobre si quienes en verdad están al lado son de fiar, si a veces la mejor catarsis es dedicar un tiempo a pensar en otros y sobre todo, deja claro que empezar de nuevo puede ser más medicinal que vivir enfrascado en la permanente expresión de las necesidades humanas. Así que este es un filme altamente recomendado para aquellos que quieran navegar por reflexiones intimistas de los personajes, pero no para el espectador que espere un filme con altas tensiones dramáticas o emocionales.